“El objetivo del proyecto de ‘Codocencia’ es que los alumnos se titulen en cuarto de la ESO”

8 de septiembre de 2022

Ana Hernández es profesora de Educación Secundaria de la especialidad de Dibujo y jefa de estudios del IES Julio Verne de Leganés (Madrid). Es licenciada en Bellas Artes y en Psicología, doctora en Bellas Artes y máster en Artes Plásticas Contemporáneas. Y secretaria general de la asociación Mejora tu Escuela Pública (MEP). Además, desarrolla su formación artística y expone trabajos en ciudades como Nueva York, Berlín, París, La Habana, Buenos Aires, Varsovia… En el IV Congreso de Innovación Educativa ofrecerá una ponencia en el marco de conVERSA (viernes 23, de 18:30h a 20:00h) y moderará un espacio de diálogo diVERSA el sábado 24 (entre las 11:30h y las 13:30h).

El tema de la ponencia conVERSA que ofrecerá en el congreso no puede estar más de actualidad: el currículo. El centro en el que es jefa de estudios, el IES Julio Verne de Leganés, es pionero en impartir las materias bajo un proyecto de ‘Codocencia’.

Con este proyecto hemos ganado varios premios de innovación educativa, estatales y en la Comunidad de Madrid. Lo pusimos en marcha hace ya seis años en tercero y cuarto de la ESO, donde damos clase siete profesores de siete asignaturas distintas. Es parecido a trabajar por ámbitos, pero difiere en que el gran problema de los ámbitos es que el mismo profesor da clase de varias asignaturas cuando no es especialista. Con este proyecto suplimos esta carencia en Secundaria, puesto que hay siete especialistas, cada uno de su materia. Ha sido un reto, pero las familias lo demandan. De hecho, somos el centro más solicitado de la Comunidad de Madrid. Un colegio público de un barrio muy normal con un 100% de innovación.

¿Cuál fue el germen del proyecto?

Que los jóvenes se titularan en cuarto. El primer año ya conseguimos que aprobara el 96%. Hemos recibido críticas, pero consideramos que innovar por innovar es una tontería. Hay que innovar ante situaciones determinadas, ante los problemas, y un problema era que había chicos que no terminaban cuarto de la ESO. Sabía que si seguíamos haciendo lo mismo que hace 30 años no iba a funcionar.

¿Cuántos alumnos están de forma simultánea en el aula?

Tenemos 120 alumnos. Surgió todo de forma un poco anecdótica, pero ya se ha convertido en proyecto de centro. Nos está dando muchas satisfacciones, tanto a profesores como a alumnos. Ahora entienden las cosas mejor y ven las asignaturas conectadas. La vida no está dividida en parcelas. Si en Historia trabajan el Gótico en octubre, no tiene sentido que yo en Dibujo haga referencia a él en mayo.

¿Qué asignaturas se trabajan con este modelo?

Dibujo, Inglés, Lengua, Historia, Biología y Geología, Física y Química y Música. También tenemos periódicamente artistas invitados, cameos, como los profesores de Economía, de Latín… Que vienen a contarnos cosas vinculadas a los temas que vamos tratando. El hilo conductor de lo que trabajamos lo marca la profesora de Historia. 

El proyecto, ¿les ha llevado a romper espacios y tiempos?

No hay timbres, no hay grupos. Damos clases de 2 horas y media seguidas, hay horas de proyecto reservadas en la semana… Los alumnos están constantemente activos, las actividades van rotando. El año que rompimos las asignaturas rompimos literalmente los tabiques del centro. Tiramos los muros de la cabeza y de la clase. Realizamos trabajo competencial y en equipo. Y hacer equipo no es hacer que cuatro niños se sienten juntos y expongan un trabajo.

Esto también implica que los docentes trabajéis más en equipo…

Hemos aprendido a ser generosos entre nosotros, aprender a dialogar y a perder la vergüenza. Aprendemos mucho de los compañeros, porque por norma general no existe la cultura de observar a un compañero en clase, ya que las clases suelen estar cerradas. Nos exige preparar las clases de manera coordinada y salir de la zona de confort. Y nos ha obligado a cambiar el sistema de evaluación.

¿En qué consiste?

Es complejo, calificamos según las actividades. De cada clase salen seis calificaciones por niño. Evaluamos el conocimiento que tiene que ver con cada disciplina y cosas que tienen que ver con lo común. De este modo, es una evaluación mucho más formativa y justa que hace que no se jueguen todo a un examen del tercer trimestre. La evaluación es constante, así evitamos las sorpresas y trabajamos de manera más justa, equitativa y con menos presiones. Pero seguimos utilizando los exámenes escritos, los libros y las clases magistrales. De hecho, los primeros 40 minutos de clase son teóricos.  

¿Esto requiere más preparación por parte del profesorado?

Estamos constantemente estudiando, y hemos tenido que fabricar material didáctico para aplicar este modelo de enseñanza. Ha sido un reto, pero tenemos muy claro qué es lo que los chicos necesitan. Hacemos exámenes teóricos, pero introducimos actividades dinámicas, y potenciamos mucho la lectura, ya que consideramos que los libros son un recurso estupendo.

¿Cómo ha afectado esta metodología a los alumnos? ¿Perciben mayor implicación y mejores resultados académicos?

Los chicos aprenden mucho y mejor, constantemente en grupo, donde se equilibran las capacidades. Todos veíamos que había cosas que no funcionaban y ahora comprobamos que las notas suben. El alumnado con necesidades especiales funciona fenomenal, igual que el de altas capacidades. Esta forma de trabajar hace que tengan toda la información conectada, las materias siguen un hilo conductor. Si la vida funciona sin tabiques, ¿por qué hay que enseñar a los chicos con horas fragmentadas? De este modo los alumnos se implican en el proyecto, participan, opinan… Y si algún recurso didáctico no funciona nos lo dicen.

¿Hay coordinación entre el cuerpo docente y las familias a la hora de acompañar a los jóvenes?

Las familias están más implicadas de lo que puede parecer. Cuando una familia ve que haces un sobreesfuerzo de hacer las cosas diferentes para que chicos salgan adelante lo agradecen. Muchos padres dicen que ojalá hubieran aprendido ellos así. Es un proyecto coherente. La estructura de Secundaria es mucho más rígida que la de Primaria, porque los profesores somos especialistas de cada asignatura, pero por encima de la estructura tiene que estar el objetivo. Si la estructura no favorece hay que cambiarla.

Como jefa de estudios, ¿considera sencillo llevar la innovación a las aulas?

Es un ejercicio de valentía, pero se puede. Mucha gente de la docencia estaba en contra del proyecto, pero yo les invito a que vengan a conocernos. Los profesores tenemos inquietudes similares y nos preocupan temas que hay que abordar como la falta de motivación del alumnado. Nos llaman de muchos sitios de España y nosotros queremos abrir las puertas a todas las Comunidades. El modelo es sencillo de replicar. De hecho, hay centros que ya lo están haciendo.

Estudió Artes, pero ¿cuándo y por qué decidió dedicarse a la docencia?

Comencé trabajando en la Universidad Complutense de Madrid. Vi que la gente que llegaba a Bellas Artes tenía muy claro lo que quería, y yo no me sentía especial. Oposité para Secundaria y cuando me llamaron de interina supe que ese era mi sitio nada más llegar. La Secundaria me da la oportunidad de ayudar al alumnado en su recorrido, de estar con chicos con dificultades, con problemas sociales… Aquí es donde me siento útil y con responsabilidad.  

Ha expuesto trabajos en ciudades como Nueva York, Berlín, La Habana, Buenos Aires… Con lo que ha conocido de otros países, ¿detecta muchas diferencias en el terreno de la Educación respecto a España?

En cada sitio no puedo evitar visitar un par de colegios o institutos. Quiero aprender mucho. En Nueva York, en Reykjavik, etc., he visto cosas que funcionan fenomenal, que en el resto del mundo se ponen las pilas, y me he llevado muchas ideas. También he llevado yo aportaciones, material escolar, etc., a ciudades como La Habana, donde se ve que hay mucha necesidad.

Comparte:

Últimas noticias

david-bueno-portada
congreso-innovacion-contenidos

“Cualquier enseñanza que tenga emociones asociadas se aprende mucho mejor y se usa después con mucha más eficiencia”

David Bueno i Torrens es Doctor en Biología y director de la Cátedra de Neuroeducación UB-EDU1st de la Universidad de Barcelona, la primera en todo el mundo en centrarse específicamente en esta materia. Su trayectoria académica está ligada a la investigación en genética del desarrollo y neurociencia y en su relación con el aprendizaje. En el IV Congreso de Innovación Educativa del Gobierno de Aragón, se encargará de una de las ponencias ‘conVERSA’ y una de las mesas de diálogo ‘diVERSA’ centradas en cómo aprende el cerebro.

Leer más »